Primeramente hay que tener en cuenta el denominado «período ventana», se tratan de tres meses que tienen que pasar desde la práctica de riesgo hasta la realización de la prueba. Existen dos tipos de pruebas:
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- Test ELISA – Detecta la presencia de anticuerpos, puede dar falsos positivos. Si diese positivo pedir la prueba de confirmación:
- WESTERN-BLOT – Esta prueba es más específica y es la que se utiliza como confirmación. Consiste en la detección de anticuerpos específicos al enfrentarlos con antígenos virales.
Estas pruebas son de detección indirecta del VIH y actualmente son las que más se utilizan, no obstante existen otras pruebas de detección directa de material genético del virus, se utilizan en casos específicos como en recién nacidos.
Al igual que la transmisión se puede producir a través de tres vías, la prevención puede hacerse en esos mismos tres campos:
Vía vertical, de madre a hijo. Evitando el embarazo en las mujeres infectadas, con un seguimiento del embarazo con respecto a medicamentos, cesárea en lugar de parto natural y como alimento leche artificial.
Vía sanguínea. Se previene principalmente no inyectándose ningún tipo de droga; no compartiendo jeringuillas, agujas u objetos punzantes; no compartiendo objetos de uso personal que puedan tener contaminación sanguínea. Por trasfusión de sangre hoy en día está totalmente descartado pues existe un control riguroso de sangre y material sanitario, como normativa en España desde el año 1986.
Vía sexual. La forma más segura es mediante la abstinencia sexual seguido de la masturbación tanto individual como en pareja; la monogamia pero sobretodo en toda práctica sexual el uso sistemático del preservativo.
El riesgo de transmisión es mayor si se padece alguna enfermedad de transmisión sexual o si se producen heridas o erosiones en la relación sexual siempre que no se utilice preservativo.
El sida es una Enfermedad de Transmisión Sexual.