Una estrategia experimental de curación de VIH logra un reservorio viral indetectable tras un trasplante de células madre
Se trata de un estudio español que ha identificado distintos factores que influyen en la eliminación del reservorio del VIH que pueden ser útiles para diseñar estrategias de curación.
Un estudio español, realizado por IrsiCaixa y el Hospital Gregorio Marañón y publicado en Annals of Internal Medicine, revela que cinco pacientes con el VIH presentan un reservorio indetectable del VIH tras ser sometidos a un trasplante de células madre para tratar una enfermedad de la sangre. Además, uno de los pacientes no presenta anticuerpos frente al VIH. El estudio ha identificado qué factores pueden influir en la reducción del reservorio viral –como, por ejemplo, la procedencia de las células madre, el tiempo que tardan las células del donante en reemplazar las del paciente y el desarrollo de enfermedad del injerto contra huésped–. Los autores advierten que aún es pronto para confirmar el éxito de esta estrategia de curación –algo que solo se podrá saber cuando en otra fase del estudio se retire el tratamiento antirretroviral a los pacientes–; no obstante, los investigadores apuntan que estos hallazgos podrían ser útiles en el desarrollo de una estrategia para la cura de la infección en el futuro.
Los tratamientos antirretrovirales actuales permiten controlar la replicación del VIH, haciendo que la carga viral en sangre se reduzca a lo que se denomina niveles “indetectables”. Esto trae consigo beneficios tanto para la salud de la propia persona (véase La Noticia del Día 24/02/2016) como para la de sus parejas sexuales, al hacer que el riesgo de transmisión del VIH por vía sexual sea nulo en determinadas circunstancias (véase La Noticia del Día 16/05/2018).
Sin embargo, el tratamiento antirretroviral no consigue eliminar la infección, ya que el virus permanece en el organismo en lo que se denominan reservorios virales latentes, un grupo de células infectadas que continúan albergando el virus, pero que no pueden ser detectadas por el sistema inmunitario ni sometidas a la acción de los fármacos antirretrovirales. Algunos estudios habían detectado reducciones sustanciales en el reservorio latente del VIH-1 después de un trasplante alogénico de células madre hematopoyéticas, incluyendo la erradicación completa del VIH-1 en el único caso confirmado de curación del VIH, el denominado Paciente de Berlín (Timothy Brown). Esta persona con el VIH requería un trasplante de médula para tratar un caso de leucemia y su médico decidió usar células de un donante que presentaba una mutación (CCR5 delta 32) que hacía que sus células CD4 no expresasen un correceptor que el virus necesitaba para entrar (véase El Paciente de Berlín, en Lo+Positivo 50).
Se trata de una intervención extraordinariamente arriesgada, por lo que no puede aplicarse de forma generalizada a todas las personas con el VIH. Sin embargo, puede ofrecer pistas sobre posibles mecanismos para erradicar la infección.
Precisamente en este estudio español se contó con una cohorte de personas con el VIH que recibieron un trasplante de médula para tratar una enfermedad hematológica. El equipo de investigadores quería comprobar si, además de la mencionada mutación en los CD4, existían otros factores que influyeron en la curación del paciente de Berlín. Por este motivo, en el análisis se tuvieron en cuenta a 6 participantes que habían sobrevivido al menos 2 años tras el trasplante y que carecían de la mutación CCR5 Delta 32 en sus células.
Después del trasplante todos los participantes siguieron tomando tratamiento antirretroviral y lograron la remisión de su enfermedad hematológica.
Tras realizar distintos análisis, se comprobó que el reservorio viral era indetectable en sangre y tejidos de cinco de las seis personas. Además, una de ellas tuvo una serorreversión, es decir, dejó de presentar respuesta de anticuerpos al VIH transcurridos 7 años del trasplante. Estos datos son muy esperanzadores, ya que indican que podría haberse eliminado la infección, pero no se puede afirmar aún con seguridad ya que estas personas siguen tomando tratamiento.
La única persona que mantuvo un reservorio viral detectable había recibido un trasplante de sangre de cordón umbilical a diferencia del resto de los participantes, que recibieron trasplante de médula ósea. Esta persona tardó 18 meses en reemplazar sus células por las del donante, cuando lo esperable es de un par de meses a un año. Los autores del estudio comprobaron que la rapidez con la que se produce este reemplazo influye en la reducción del reservorio viral.
Además, esta persona con reservorio detectable no sufrió la enfermedad del injerto contra huésped, a diferencia del resto de los participantes, lo que sugiere que esta reacción podría desempeñar también un papel importante en la eliminación del reservorio, por lo que el control de este efecto para que no sea mortal para el paciente podría ayudar a erradicar el VIH del organismo.
Tal como se ha mencionado, este trasplante resulta muy peligroso y no puede considerarse su uso como estrategia de curación generalizada, pero los hallazgos de este estudio podrían contribuir al diseño de estrategias de curación que repliquen los mecanismos de eliminación del reservorio, pero de una forma más segura para la persona.
Estudios anteriores ya habían demostrado que el trasplante alogénico de células madre conseguía reducciones significativas en la cantidad del virus en el organismo. Sin embargo, estas reducciones en el VIH no equivalen necesariamente a la cura, ya que existen precedentes en que tras interrumpir el tratamiento, se produce un rebote de la carga viral transcurridos meses o incluso años (véase La Noticia del Día 06/03/2017). Por este motivo, los autores del estudio afirman que el siguiente paso será llevar a cabo un ensayo clínico donde alguna de estas personas interrumpirán el tratamiento antirretroviral para confirmar si el virus ha sido erradicado, o no, del organismo.
Fuente: Nota de prensa IrsiCaixa/Elaboración de gTt-VIH
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