La pérdida de masa muscular asociada a la infección por VIH mostró, en el estudio FRAM, la capacidad de incrementar la mortalidad (véase La Noticia del Día 09/03/2011). Se trata de un factor comúnmente relacionado con el envejecimiento, ya que, en la población general, se observan descensos de la masa muscular esquelética del 20% entre los 25 y los 65 años asociados, a menudo, con incrementos de la masa grasa de entre el 60 y el 85%.
El descenso de la masa muscular se encuentra relacionado de manera estrecha con la pérdida de fuerza, lo cual se relaciona, en personas de edades avanzadas, con caídas y hospitalizaciones, hecho que repercute en la mortalidad de estas personas.
En ensayos clínicos, la masa musculoesquelética se mide por medio de escáneres de absorciometría dual de rayos X (DXA, en sus siglas en inglés, antes conocida como DEXA). El resultado se divide entre el cuadrado de la altura, con lo que se obtiene el conocido como índice de masa corporal libre de grasa (FFMI, en sus siglas en inglés).
En el estudio FRAM, las determinaciones de masa muscular se realizaron mediante resonancias magnéticas, por lo que el presente ensayo basado en el escáner DXA, cuyos resultados se dieron a conocer en la pasada Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada en Seattle (EE UU), permitió la obtención del índice de masa corporal libre de grasa, una medida más precisa del estado muscular de los participantes.
El estudio, de tipo observacional y prospectivo, incluyó a todos los pacientes atendidos de forma consecutiva entre 2005 y 2011 de los cuales se dispusiera, al menos, de dos análisis DXA separados por un año, como mínimo. Otros criterios de inclusión fueron tener infección por VIH y experiencia en el uso de antirretrovirales.
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